Hagi

Eso es lo que pone en el letrero de mi facultad, farmacia seguro que no es lo que significa porque es otra palabra. Lo he logrado, ya no me miran raro al entrar, creo que es porque ya se han acostumbrado a la presencia de un extraño en SU facultad. Raro sería que no se acostumbraran a mi, paso unas 6 horas diarias allí metido (más tiempo de lo que he podido pasar en la facultad de mi bien odiada USC). Entre clases y laboratorio no salgo de allí. De martes a jueves como allí, entrando a las 8:20 y saliendo a las 17:00 (si, si, el que escribe esto soy yo, no se ha colado nadie en mi portátil).

En el laboratorio trabajo con un tailandés, ya me dejan jugar a mi bola y ya he empezado lo que llama mi experimento, es decir, ver como reaccionan ciertos principios activos (ahora estoy con la indometazina) a diferentes concentraciones de ciclodextrinas, para posteriormente hacerles una serie de pruebas para poder catalogar los resultados.

En el otro laboratorio, donde hago las prácticas de Medicinal Chemistry IIA, me tienen por un imcompetente, y es la verdad, lo soy. En Santiago tenemos todo el día al profesor encima y aquí cada uno hace lo que quiere, y así yo no se hacer nada; por lo que el profesor me ha propuesto estar pululando entre los distintos grupos y ayudarles en lo que pueda, así aprenderé a realizar distintos procedimientos (la máquinia de infrarrojos y la de hacer comprimidos ya no tienen secretos para mi ;) ).

Lo que jamás haría en Santiago, además de ir a la facultad a diario, ha sido apuntarme a la asociación de estudiantes de farmacia. Excursiones, cenas, fiestas, descuentos en algunos bares, reunioenes... vamos, que tengo una serie de ventajas y por eso de "donde fueres haz lo que vieres".

He descubierto que no soy el único erasmus en la facultad, resulta que conocí a una catalana en una excursión de la universidad y me la encontré en la facultad. Aún no ha terminado la carrera pero está realizando un TAD (trabajo académico dirigido) en el laboratorio que está enfrente de donde yo hago de las mías. Por lo tanto, si me aburro, muy a menudo, voy a charlar con ella y ya no tengo que comer solo.

Ya os había comentado que farmacia aquí es como una pequeña familia, pero hasta el extremo de tener 2 cocinas y en la alumnos tener un cestito con monedas para pagar lo que has consumido (chocolatinas, patatas...), nadie lo vigila, se fían. Los islandeses se pasan todo el día metido en la facultad, creo que si les pusieran camas no saldrían de aquí. Creo que nuestro amigo Laureano estaría aquí más feliz que en Santiago.

Lo que más me molesta son las clases, no el hecho de que sean en islandés (para eso como en casa, como no presto atención...), lo que me cabrea es que de vez en cuando los profesores, por hacerme un favor, explican algo o traducen los apuntes al inglés, previa explicación de que lo hacen por el espanholito. Claro, así de repente 20 personas se quedan mirándome fijamente.

En fin, creo que no se me olvida nada.

Unha aperta

PD: Para satsuro sama o como sea ¡identifícate, los nicks son muy bonitos pero estamos entre amigos! Además, no pienso poner ninguna anécdota sexual, este es un blog serio y para contar burradas de esas caracteríticas prefiero hacerlo en persona.